lunes, 9 de abril de 2012

Roma Octubre 2009

El tren desde Napoles a Roma estaba lleno, pero no se hizo demasiado largo y ademas fue puntual. Una vez en la capital de Italia, se trataba de encontrar el hotel Texas, que encontre en una oferta de Internet unas semanas antes. Lo de oferta es un decir, claro, porque la broma costo sus buenos ochenta euros por noche, pero tenia una pinta estupenda por Internet y ademas estaba incluido el desayuno.
Para mayor comodidad nuestra, nuestro hotel estaba muy cerquita de la estacion central de Roma, asi que mejor imposible. Gracias a nuestro magnifico sentido de la orientacion, no tardamos mas de dos horas en llegar al hotel Texas. El hotel estaba en un edificio bastante viejuno, si bien desde fuera tenia bastante buena pinta. El primer dato curioso del hotel es que estaba situado en el quinto piso del inmueble, es decir, no ocupaba el edificio entero, sino solo un piso. Una vez llegamos al piso en cuestion (la casa disponia de uno de estos ascensores mas viejos que el baul de la Piquer) nos dimos cuenta de que tal vez no fue tan buena idea haber reservado el sitio en cuestion. Para empezar, la chica en recepcion (que era recepcionista, limpiadora, secretaria, administrativo ,cocinera, camarera, encargada de mantenimiento y guarda jurado) no hablaba muy bien ingles y fue un poco dificil entendernos, menos mal que hablo un poco de italiano y con eso y con buena voluntad, pues al final nos entendimos.
El hotel, bueno, mejor dicho, el piso era muy viejo, estaba muy agrietado y le hacian falta unas siete reformas. La chica multitarea nos llevo a la habitacion, pero de camino nos enseño el baño que estaba en mitad del pasillo, a lo cual, yo me enfade, porque yo creia que la habitacion tenia baño y lo cierto es que si tenia baño, pero era todo un poema y tal vez por eso, la chica nos dio la opcion de que usaramos el aseo comunitario.
Para resumir, dire que el baño de la habitacion era una ducha oxidada con el retrete y el lavabo dentro. Si, si te duchabas, esta empapaba todo el habitaculo, las paredes, la puerta y por supuesto la letrina y el lavabo. Lo peor es que el baño comunitario no estaba mucho mejor y por supuesto no hicimos uso de el. El resto de la habitacion era bastante vieja y la ventana no cerraba bien, al menos sucio no parecia y las camas eran comodas. Todo esto por 80 euros la noche. Al menos el cafe de sobre y la cesta con panecillos duros que habia por desayuno estaba incluido en el precio.
Pero bueno, aparte del hotel, la ciudad de Roma nos gusto mucho. Yo ya habia estado hacia un año con mi hermano, mi cuñada y la familia de esta ultima, pero no me importo verla de nuevo. Vimos la Fontana di Trevi, el Panteon la Plaza Nabona y la Plaza de España en el primer dia y nos centramos en el Vaticano en el segundo. De hecho, lo que mas disfruto Isa en Roma fue hacerle fotos al techo en los Museos del Vaticano. El ultimo dia fuimos a ver el Coliseo y el Foro Romano.







 
Mas tarde volveriamos a la estacion para coger el tren hacia Florencia. Lo que mas recuerdo del viaje fue, sin duda, el miedo que pasamos pensando como seria el siguiente hotel. Mas que nada porque el hotel de Florencia habia costado la mitad de lo que costo el de Roma, asi que nos esperabamos lo peor.
Pues nada, nos pusimos de camino hacia la Toscana y en unas pocas horas llegariamos a la estacion de Santa Maria Novella, pero ya estoy muy cansado de escribir por hoy asi que ya contare mas en la sigiente entrada.