lunes, 9 de abril de 2012

Venecia 2009

 Y entre una cosa y otra, llegamos a la estacion de Santa Lucia en Venecia, nuestra ultima parada en Italia antes de volver a Inglaterra.
Una vez llegamos a Venezia, lo primero es lo primero: buscar nuestro hotel. Para el ultimo destino transalpino, tuve la suerte de encontrar un hotel en la misma ciudad de Venecia, algo dificil, pues lo mas logico es tener que alojarse en algun hotel de los alrededores porque el sitio es caro de narices. Pero pude encontrar este hotelito al lado de un canal que en su dia fue un convento. Si. El hotel era de lo mas acogedor, y de hecho seguia pareciendo un convento. Para acceder a nuestra habitacion habia que bajar por unas escaleritas tras abrir la puerta del habitaculo. La habitacion parecia mismamente una antigua celda, pero con algo mas de espacio y su propio servicio con ducha. Lo que no tenia era televisor, sin duda para no romper el encanto del antiguo convento.
Pues si, la verdad es que el hotel-convento no estaba nada mal. Se llama Casa San Andrea y sin ser barato del todo, tiene sobre todo la ventaja de estar cerca del todo. Un ultimo apunte sobre Casa San Andrea es que, al ser un antiguo convento, tiene su iglesia y todo y a eso de las ocho de la manana, tienes una sesion de sesenta y tres camapandas para que te levantes pronto a ver la ciudad. Rectifico en lo de campanadas. Son autenticos campanazos. El suelo, las paredes y el techo de la estancia retumban cada vez que le dan a la campana. No es broma. Y son sesenta y tres nada mas y nada menos, que Isa los conto, porque queria saber que hora era.
Hotel aparte, Venecia es el sitio que mas me gusto y que conste que me gusto todo (aunque sigo opinando que como en la Toscana no se come en ninguna parte). La plaza de San Marco, la catedral del mismo nombre, los canales, la isla de Murano, el palacio ducal, todo me gusto.
Lo unico que no me gusto fue la tromba de agua que cayo el segundo dia y que no nos dejo salir del convento en varias horas. Menos mal que el desayuno (muy austero, por cierto, para que sea digno de un convento) estaba incluido y no pasamos hambre dentro del hotel.
Pero al final escampo (y menos mal, ya nos veiamos sin poder salir de Venecia, a nuestras mentes vinieron las imagenes de la ciudad inundada y los turistas nadando por la Plaza de San Marco) y pudimos disfrutar de un ultimos dia. Hicimos unas ultimas compras (unas figuras de crsital de Murano, quesos italianos y una lampara) y nos dirigimos finalmente a la estacion de autobuses para coger el bus hacia el aeropuerto de Treviso, de donde partiriamos con destino a Londres Stansted despues de una semana en Italia.
Atras quedaron Napoles, el Vesubio, Pompeya, Roma, el Vaticano, el Panteon, el Coliseo, Florencia, los tortelaci, la torre inclinada de Pisa, la familia de energumenos italianos, Venecia y el aeropuerto de Treviso.
Italia per l'Italiani e per tutti!