domingo, 31 de octubre de 2010

Kul y Osom

Hoy me voy a permitir abriros un episodio de mi vida que no es muy conocido. Es el que tiene por protagonistas a la pareja de bichos mas raros que he conocido a lo largo de mi toda joven vida. A continuacion os voy a regalar los ojos y el resto de los cinco sentidos con la asombrosa pero cierta historia de Kul y Ósom.

Si me lo permitis, no voy a entrar en detalles minuciosos de como llegue a conocer a Kul y Ósom, solamente dire que la primera vez que estuve con ellos fue en Budapest, capital de Hungria. Cuando conoci a Kul, era estudiante de no se que en la prestigiosa Universidad de Idaho, en los EEUU. Kul era hungaro de nacimiento pero emigro a America para labrarse un porvenir y para conocer a la que seria su futura mujer, Ósom.

Kul era raro de narices, hablaba muchos idiomas, entre ellos, un ingles americano con acento del este, que lo hacia aun mas friqui. No me malinterpreteis, Kul era un chico muy simpatico y ademas muy culto, estaba metido en politica y era ecologista, socialista y alguna otra cosa mas que no me acuerdo. Siempre iba con un set de boligrafos en el bolsillo de la camisa y un peine con el que se arreglaba la melena cada dos por tres.

Por su parte, Ósom era una chica de Idaho, que conocio a su chico, Kul en el equipo de debate de la Universidad de su Idaho natal. Ósom era algo grande, pero grande de verdad, es la chica mas obesa que no jamas he conocido. Y la pobre era mas bien fea. Y para acabar de arreglarlo, vestia con harapos. El dia que la conoci llevaba un vestido raido y viejo, unas sandalias de verano y calcetines de caballero a la altura de la media pantorrila. Era una muchacha muy dicharachera, siempre estaba hablando de politica, de lo fachas que eran los politicos de los EEUU, de lo maltratados que estan los gays y los animales y cosas por el estilo. Una cosa mas, era vegetariana convencida, pese a lo cual, estaba gorda como un buey.

Cuando conoci a Kul y Ósom en el aeropuerto de Budapest, eran una feliz pareja de novios que compartian una habitacion en el centro de la ciudad. Me habian invitado a compartir con ellos su habitacion pero a Dios gracias yo ya habia reservado una habitacion en un hotel cercano a la Plaza de los Heroes.

Se me ocurrio preguntarles nada mas conocerles cuando se iban a a casar, pero me contestaron que no pasarian por el altar hasta que en Estados Unidos no se reconociese el derecho al matrimonio a los homosexuales o al menos en el glorioso estado de Idaho a fin de solidarizarse con el movimiento gay. La verdad es que fue muy atento el detalle de mostrarnos la ciudad de Budapest. Incluso Kul tuvo el detalle de invitarnos a comer en un barco sobre el Danubio. Lamentablemente no trajo dinero suficiente y yo tuve que pagar la bebida. Mas tarde Kul y Ósom me dejarian un rato por el Bastion de los Pescadores donde, por cierto, habia una manifestacion. Ellos, aparentemente, habian quedado con unos camaradas de su sindicato o algo asi. Mas tarde, Kul y Ósom tuvieron el detalle, una vez mas, de invitarnos a cenar a una pizzeria comunista en pleno centro de la ciudad, donde tuve ocasion de degustar las delicias de una pizza estalinista y otra pizza revolucionaria Trotski con patatas proletarias de guarnicion.

Al dia siguiente me despedi por primera vez de Kul y Ósom, pero no seria la ultima vez que los vi. Al poco tiempo tuve el privilegio de visitar la capital de Eslovenia, Lubljana, y como si de una aparicion se tratase, alli estaban ellos. Kul seguia vistiendo la misma camisa con sus mismos boligrafos de colores y Ósom seguia con su esplendida figura, aunque esta vez, vestia unos harapos distintos. Por cierto, esta vez volvi a hospedarme en un hotel y Kul y Ósom se metieron en una autentica pocilga de mala muerte en la capital de Eslovenia. De esta vez no recuerdo muchas cosas de Kul y de Ósom, solo que se enfadaron bastante cuando entre a un McDonalds, porque ella era vegetariana y porque Kul decia que era un garito capitalista. De lo que si me acuerdo bien fue de invitarles a mi casa, y lo peor fue que aceptaron la invitacion y alli que se presentaron.

Yo me acababa de comprar la casa en la que por desgracia ahora vivo y tuve que acomodarlos en un futon, con el inconveniente de que, aunque Kul era mas bien esmirriado, apenas cabian, porque Ósom ocupaba lo mismo que un camion.
La visita de estos dos fue toda una experiencia. Nada mas llegar a Ipswich, lo primero que me pregunto Kul era donde se encontraba el barrio obrero de la ciudad para ir a visitarlo, conocer a los proletarios de Ipswich y hacer fotos por la zona. Me acuerdo que un dia marcharon a Londres. A la vuelta les pregunte que era lo que habian visitado en la capital del pais y ni cortos, ni perezosos, me contestaron que lo unico que les interesaba en Londres era poder entrar en el pub donde se habia hecho parte del rodaje de la pelicula El desesperar de los muertos, una pelicula de zombis por la que parecian sentir devocion. Pero tuvieron tan mala suerte que el sitio estaba cerrado, sin embargo, el hecho de poder contemplar el pub desde fuera les emociono muchisimo.

A todo esto, a inicios de diciembre, Ósom vestia un vestido corto de verano de hace dos siglos con unas playeras de baloncesto y aparte del hecho de lucir todas sus hermosas carnes en pleno tiempo de invierno, no parecia pasar mucho frio.

Kul y Ósom se marcharon de mi casa un martes si no recuerdo mal y todavia me acuerdo que estuve a punto de tener que pagarles un taxi al aeropuerto porque estaban a punto de perder el autobus y los muy badulaques seguian hablando de politica, de matrimonios gays y otras zarandajas en mi casa y yo solo queria que se marchasen porque no se habian traido ni un duro y me iba a tocar a mi sufragarles la vuelta a casa.

Esa fue la ultima vez que vi a Kul y Ósom, pero no la ultima que supe de ellos. Unos meses mas tarde recibi en casa un paquete de Estados Unidos, con matasellos de Idaho. Kul y Ósom me habian mandado una carta y una revista sobre las feministas de Idaho en la que salia un reportaje sobre Ósom en la que se destacaba su aportacion a la causa. En esta misma revista Ósom declaraba haberse casado recientemente con un apuesto hungaro y que en el dia de su boda, habian suscrito en sus votos matrimoniales el luchar contra la opresion y el imperialismo alla donde se encontrasen con la fuerza de su amor.

Esta historia, creedlo o no, es veridica, si bien  he de matizar que los nombre de Kul y Ósom se los puse yo porque la chica no paraba de repetir en ingles las palabras Cool y Awesome, que pronunciadas en castellano son Kul y Ósom, mientras sacaba la lengua y movia los brazos y las caderas. Las cosas de Ósom.

La duda que siempre me ha asaltado es saber si el matrimonio gay esta permitido en Idaho. Por lo demas, Kul y Ósom, donde quiera que os encontreis, que seais muy felices y no os olvideis de luchar contra el imperialismo que nos envuelve y de vitaminaros y mineralizaros.

Un abrazo para el resto.