domingo, 31 de octubre de 2010

Pancocho y aceitocho

Cualquier hijo de vecino en Ipswich esta haciendo lo que puede y mas para que la construccion del hospital infantil sea un exito.
Los hay que organizan cafes caritativos, otros montan obras de teatro y finalmente, los hay que consiguen dinero a cambio de hacer bizcochos y tartas en el trabajo.

A todo esto, yo, ser generoso y altruista, me ofreci voluntario, nuevamente, para esta noble causa y decidi elaborar un bizcocho a cambio de conseguir donaciones en el hospital de la gente que probara mi exquisita obra de reposteria.

Asi las cosas, me meti en  www.cocinaparahombres.com (gran pagina web donde las haya) y me meti de lleno en la creacion de mi bizcocho.

Despues de unas cuantas horas en la cocina y de mezclar ingredientes a porrillo  y luego meter la mezcla en el horno, saque la bandeja todo emocionado, todo para comprobar que la masa estaba hecha una piedra. Y no lo llegaba a entender, porque habia seguido los pasos uno a uno y habia usado los ingredientes que indicaba la web.

Al final, despues de revisar todas las cosas una por una, me di cuenta de que habia usado masa extrafuerte para pizzas.

Es decir, habia cocinado lo que tecnicamente se conoce como pizzocho, o mas correctamente pancocho. No me malinterpreteis, el pancocho estaba delicioso, no habia nada de malo en su sabor, era su textura lo unico que fallaba.

De todos modos, mi naturaleza perfeccionista no me permitia presentar este engendro de bizcocho en el hospital, asi que decidi hacer otro.

Esta vez usaria los ingredientes correctos y no habria margen para el error. Me puse a hacer el bizcocho otra vez y ahora la masa cogio el volumen correcto mientras se hacia en el horno.

Pero ahora, por alguna razon, el bizcocho no se acababa nunca de hacer, siempre quedaba masa sin cocinar. Cuando finalmente saque el bizcocho, tenia una textura grasienta bastante sospechosa.

Una vez mas, me puse a mirar los ingredientes de forma cautelosa, solamente para descubrir, que habia puesto tres veces mas aceite de oliva del necesario. Habia elaborado lo que los chefs reposteros denominan un aceitocho.

Una vez mas, el aceitocho tenia el sabor correcto, pero su textura grasiento-aceitosa lo hacia indigerible a la par que constituia una bomba de relojeria para enfermos cardiacos con colesterol elevado.

Me acabe comiendo el aceitocho y el pancocho yo solos.

Eso si, finalmente logre crear el bizcocho perfecto y esta vez, fue todo un exito de sabor, textura y recaudacion de fondos para el hospital infantil.

Hala!