domingo, 31 de octubre de 2010

Noche en el bingo (Segunda parte)

Hola a todos y a todas,
Como ya sabreis, a estas alturas en el 2008 asisti al bingo benefico a favor del salvamento aereo del Condado de Suffolk. Lo organiza una amiga mia del trabajo, Beryl, una tecnico auxiliar de farmacia que vive en Stowupland, un pueblo cercano donde tuve la suerte (o desgracia, segun se mire) de trabajar cuando era farmaceutico en Boots.
Como yo soy un ser altruista por naturaleza, decidi acudir una vez mas y pasar un rato divertido con las abuelillas del lugar mientras apoyo una buena causa. Y si que debo ser altruista, si, porque al dia siguiente me iba a Egipto y tenia las maletas a medio hacer, pero aun asi, por los valientes hombres y mujeres del servicio de Salvamento aereo del glorioso Condado de Suffolk, lo que haga falta y mas.
Otra de mis amigas del trabajo, Karen, me llevo a la cita, el ultimo viernes del mes de febrero de 2010, poco despues de salir del trabajo. A las siete ya estabamos en el salon de actos del club social de Stowupland (si parece dificir pronunciar Stowupland, con decir estouaplan vale).
Nada mas llegar, habia que dejar una libra esterlina como donacion y comprar los cartones para el bingo y las papeletas para la tombola. La sala, repleta hasta arriba. Todas las mesas estan ya ocupadas por venerables vecinas del pueblo ansiosas por cantar lineas y bingos. Dos mesas estan ocupadas por la gente del trabajo. A todo esto que yo soy el unico farmaceutico, el resto son auxiliares. Me siento en una de las mesas y empiezo a experimentar el primer apuro de la noche. Todo el mundo ha traido comida y bebida menos yo. Bueno, todos menos Helen, una que esta un poco metida en kilos y quiere adelgazar. Me pongo a su lado, para hacer ver que tambien quiero adelgazar y asi pasar del trance. Que conste que no estoy gordo, solo tengo algo de tripa.
La gente empieza a ponerse nerviosa y no es para menos. El estrado esta lleno de magnificos regalos y la co-organizadora del evento ha adquirido para tal ocasion un bingo electronico, con lo cual esta vez nos ahorraremos los problemas tecnicos derivados de la salida de las bolitas del bombo y de si esto es un 6 o un 9.
Eve, la co-organizadora del evento y amiga de mi colega auxiliar del trabajo, sube al estrado y la gente se emociona y se entrega en aplausos. Una vez remiten los aplausos, Eve toma el microfono y pide mas aplausos para Beryl, que ha organizado el bingo junto a ella. Mas aplausos. Y luego para otra que ha ayudado, que se llama Linda. Mas aplausos. Y luego para Mary. Mas aplausos. Y para Gwendolin. Mas aplausos. Y para Donna. Mas de lo mismo. Y para Sarah. Y para Fiona. Y para Beverley. Y para Pepi. Y para Luci Y para Bom. Y para otras chicas del monton. Cuando ya no hay mas sitio para aplausos, es el momento de que la gente de la farmacia del hospital de Ipswich nos pongamos en pie para llevarnos otra merecida ovacion por donar la mayoria de los regalos. Somos grandes. Y finalmente, como no podia ser de otra manera, Eve pide, con el mayor de los respetos y admiracion posibles, un sentido y enfervorizado aplauso dedicado a los valientes hombres y mujeres del servicio de Salvamento aereo del glorioso Condado de Suffolk.
Hurra!
God bless!!
Bueno, y por fin, el bingo. Tiempo de silencio. Eve se dispone a cantar los numeros del bingo con la gracia y el salero que la caracteriza. Primer carton y una botella de vino para la primera linea, donado, como no, por la gente de la farmacia del hospital de Ipswich. Que empiece el espectaculo:
Numero 22, los dos patitos
Cua Cua
Numero 11, mis piernas son sexis!!
Uuuuuuuuuuuuuuu!
Gracias! Ya lo sabia.
Jajajajajaja
(no se donde esta la gracia pero bueno).
Numero 33, rodillas sucias
Numero 41
Numero 59
LINEA!!
Mierda, solo me quedaba el 82 para la linea. En fin, otra vez sera.
Ahora vamos a por el bingo. Una caja de chocolates y otra botella de whisky escoces para el afortunado!!
Guauuuuuuu!
Numero 67 Merece la pena?
Siiiiiiiiii!
Numero 2 el patito!!
CUA!
90 El ultimo de la fila!
Uy!!
Numero 16 la dulce dieciseisanera!
Ohhhhhhhhhhhh
el 23
el 75
el 5
BINGO!!
La gente se lo pasa pipa con esto. Es hora de pasar al segundo carton:
Numero 1 La colita anda sola!!
Jijijijiji!!
El 34
El 45
En mitad de tanto numero, me toca vivir otro momento desafortunado y es que me he dejado el movil encendido y a alguien se le ha ocurrido llamarme. Todo el mundo empieza a mirarme con cara de cabreo. Apresurado voy a apagar el movil pero debido a mi veloz y torpe maniobra se me cae al suelo, provocando mas ruido y sin impedir que deje de sonar.
Al final consigo que deje de hacer ruido.
Eve, la co-organizadora, con evidente cara de pocos amigos, sigue diciendo numeros. No ha pasado nada.
El 82
El 15, la nina bonita!!
Ohhhhhhhhhhh
El 9 Las ordenes del medico
Maldicion! No he apagado bien el movil y empieza a sonar otra vez! Ahora la gente si que se mosquea de verdad.
Que verguenza!!
Esta es la ultima vez que vengo!!
Johny, echalo, que tu fuiste conserje!!
Nada, nada, que ya lo apago, ya esta, ya esta...
La co-organizadora llama al orden y educadamente, pero con cara de malas pulgas, nos pide que apaguemos los moviles.
La gente esta claramente encabronada conmigo pero los de mi mesa se parten de risa conmigo (bueno, mejor dicho de mi).
Un par de cartones mas y llegamos a la hora del te, que para eso estamos en Inglaterra. El servicio de te es gratuito, pero se aceptan donaciones para los valientes hombres y mujeres del servicio de Salvamento aereo del glorioso Condado de Suffolk.
Una enorme cola de ancianitas se coloca en las cercanias de la ventanilla donde se sirve el te y el cafe. Como es gratis yo me apunto, pero debido al altercado con mi telefono celular, creo que tardan un poco mas de la cuenta en servirme.
Se acabo el descanso, es tiempo de la tombola. Es la hora de ver si nuestras papeletas han sido premiadas con uno de los magnificos premios de la noche, tales como una botella de cognac, un juego de vasos, una caja de Ferrero Rocher, un estuche de acuarelas, un oso de peluche o los siempre valorados cheque-regalo de la carniceria del pueblo, orgulloso patrocinador del evento y estrecho colaborador de los valientes hombres y mujeres del servicio de Salvamento aereo del glorioso Condado de Suffolk.
En mitad de la rifa de tan preciados presentes, una mujer con cara de pocos amigos, me pide que le devuelva la taza del te, que van a poner el lavavajillas y como dejen tazas sucias no les van a volver a prestar el local la proxima vez. Entre la tension de las papeletas de la tombola y los nervios de la pobre mujer, le acabo tirando parte del te encima. Suerte del delantal que llevaba y de que los ingleses son gente educada.
Lo lameeeentooo...
Empiezo a acordarme de la ultima vez que vine, que incluso llegue a ayudar a sacar numeros. Claro, que esta vez, como tienen un sistema electronico, ni siquiera me necesitan para eso. Mi nivel de popularidad ha decrecido notablemente.
Acaba la tombola. Otra vez el bingo. Nuevo carton y nuevos premios. Mas lineas, mas bingos y mas afortunadas mujeres que se iran a casa con botellas de vino, chocolates, cestas de la compra, licores y bebidas espirituosas.
En mitad de unos de los cartones, ocurre de nuevo, me vuelve a sonar el movil. Fijo que ahora me echan. Como si lo viera... Pero no, esta vez ha sido otro. Si es que desde luego, la gente no se sabe comportar. Yo, desde que la co-organizadora pidio que apagasemos los instrumentos de telefonia, me he portado bien.
Siguen los numeros. Otro carton mas que se acaba y llegamos al momento culminante de la noche, el mas esperado, el mas anhelado por las gentes de Stowupland. El sorteo de una gigantesca cesta de la compra, el premio mas valioso y codiciado del bingo benefico de Stowupland. Empiezan los numeros y el ritual de emocion y silencio se repite una vez mas, pero una vez que Eve, la co-organizadora ha dicho cosa de unos treinta numeros y ya hay viejecitas con los dientes largos a punto de cantar bingo, ocurre toda una fatalidad. Toma la palabra Eve, la co-organizadora:
Venerables ciudadanos de Stowupland, me he dado cuenta que no he borrado los numeros del carton anterior y tengo que empezar de nuevo...
El cabreo es generalizado
Noooooooooooooooo!!
No puedes hacernos esto, Eve!!
Y ahora que hacemos!!
Con el bombo y las bolitas esto no pasaba!!
La verdad es que es toda una pena que esto haya ocurrido, con el buen rollito que reinaba hasta ahora, pero lo cierto es, que ahora los episodios vividos por culpa de los energumenos de los moviles (incluido yo) se van a disipar en la memoria.
Nos has vendido Eve!!
Yo me largo!!
Yo iba a cantar bingo!!
Y ahora que hacemos con este ultimo carton??
Menos mal que estos britanicos son gente de recursos y Eve, la co-organizadora, no es una excepcion:
Ciudadanos de Stowupland, por favor, que no cunda el panico. Me estoy dando cuenta que la mayoria de vosotros esta haciendo crucecitas encima de los numeros. Podeis, por favor hacer circulitos para este ultimo carton, para diferenciar los numeros que habeis tachado?
Sin duda, esta mujer sabe como manejar una crisis:
Numero 22, los dos patitos
Cua Cua
Numero 11, mis piernas son sexis!!
Uuuuuuuuuuuuuuu!
Gracias! Ya lo sabia.
Jajajajajaja
Numero 33, rodillas sucias
Numero 41
Numero 59
El 82
El 15, la nina bonita!!
Ohhhhhhhhhhh
El 9 Las ordenes del medico.
Guauuuuuuu!
Numero 67 Merece la pena?
Siiiiiiiiii!
Numero 2 el patito!!
CUA!
90 El ultimo de la fila!
Uy!!
Numero 16 la dulce dieciseisanera!
Ohhhhhhhhhhhh
el 23
el 75
el 5
BINGO!!
BINGO!!
Ahora si que se va a liar la de Puertohurraco, porque tenemos dos bingos, una de mi trabajo y una ancianita de Estouaplan. Lo normal en estos casos, segun el reglamento britanico de bingos beneficos sin animo de lucro, es coger una baraja y la que saque la carta mas alta, se lleva el premio, pero es que estamos hablando del premio gordo de la noche y ninguna de las dos parece dispuesta a renunciar a el.
La co-organizadora, en mitad de sudores frios y ante la mirada del respetable, se dispone a comprobar los cartones, para descartar posibles errores. Efectivamente, la venerable vecina no ajusto bien su sonotone cuando la co-organizadora explico que habia que borrar los numeros anunciados erroneamente.
Todo parece acabar bien. La gente se levanta, se felicita por la noche y se despide hasta la proxima vez. No me llevo ningun premio, pero si la satisfaccion de haber colaborado con una causa tan noble y con el recuerdo imborrable de una noche de bingo benefico.