domingo, 28 de octubre de 2012

Copenhage y Malmo 2010

He decidido escribir un nuevo relato electronico acerca de todo lo acontecido en mi ultimo viaje europeo, esta vez, a la capital de Dinamarca, Copenhague.
Como tenia que coger un vuelo muy temprano desde el aeropuerto de Londres Stanted, me puse el despertador bien temprano, a eso de las cuatro de la mañana, pero no importo demasiado que pusiera el despertador o no, porque la noche anterior al viaje se rompio una de las patas de mi cama y acabe en el suelo en mitad de mi tercer sueño. Cuando no es el deposito de agua caliente, es la caldera, o si no, la ducha no funciona bien, o hay que tirar dos veces de la cadena. Lo cierto es, que cuando no se joroba algo, es porque otra cosa esta a punto de hacerlo. Estoy seriamente pensando en la posibilidad de alquilar los servicios de un exorcista para que saque a patadas a los espiritus cabrones que habitan en mi morada, culpables de todas y cada una de las desgracias que se suceden continuamente.
Para enmendar la cama puse una pila de libros en vez de la pata rota y de momento la cama sigue en pie. Para que luego digan que los libros no sirven de nada ahora que hay Internet. Especialmente util fue el Vademecum.
Pues nada, despues de la accidentada noche, cogi un taxi a la estacion de autobuses y de alli marchamos al aeropuerto internacional Londres Stansted, de donde a su vez, tomariamos un vuelo de Easyjet airlines destino Copenhagen. Llegamos al aeropuerto a eso de las once y tras dar mas de una vuelta por el recinto aeroportuario (es grrrande el aeropuerto de Copenhague), conseguimos dar con la salida y el tren con destino a la estacion central de Copenhague.
Como tengo un ojo buenisimo con los hoteles, reserve uno muy cerca de la estacion, para nuestra conveniencia. El hotel en cuestion se llamaba Cabin Central de Copenhague y estaba muy bien la verdad. Eso si, todo en este hotel es pequeño. La recepcion, las habitaciones, las duchas, los aseos, la TV, la mesa, las camas, las almohadas, incluso la chica que nos recibio en recepcion era pequeña.
Pero bueno, una vez que ya pudimos dejar las cosas en el hotel de diseño minimalista, empezamos a ver la ciudad. Pasamos por delante de unas estatuas y empezamos a hacerles fotos, despues pasamos por la plaza del ayuntamiento y le hicimos fotos al ayuntamiento. Despues fuimos paseando por Storget, la calle principal de comercio de la ciudad donde seguimos hiciendo fotos.
Una del trabajo que es noruega y solia pasar los veranos en Copenhague con su tia, nos dijo que la especialidad culinaria de la ciudad y del pais era el perrito caliente, asi que le hicimos caso, nos compramos un par de perritos y les hicimos fotos y luego nos los comimos.
Llegamos a la torre circular y nos subimos a ella y cuando llegamos a lo alto hicimos mas fotos de la ciudad. Desde lo alto vimos el mar y cuando bajamos nos dio por dar un paseo en barco por los canales y el puerto. Dicho y hecho. Llegamos al puesto y cogimos el barco que nos llevaria de paseo. Entonces nos entusiasmamos porque ibamos a llegar donde la sirenita esta colocada para hacerle fotos. La sirenita es el monumento mas importante de Dinamarca y una de las estatuas mas fotografiadas del mundo y estabamos de lo mas contento (especialmente Isa) solo de pensar que la ibamos a tener tan cerca. Pero cual seria nuestra sorpresa y decepcion cuando nos enteramos por boca de la simpatica guia del barco (que iba hablando en danes, aleman e ingles) que la sirenita estaba temporalmente en la exposicion universal de Shangai. Malditos chinos, la madre que los trajo. Todo esto para nada, Cabrones!
Pues nada, de tan encabronados que nos pusimos (Isa casi le pega al conductor y eso que no tenia culpa de nada) nos fuimos al palacio real a pedirle explicaciones a la reina. Lamentablemente la reina no estaba disponible para pedirle audiencia, pero al menos vimos el Palacio real y los alrededores, con la iglesia de marmol incluida.
Para acabar el dia, nos fuimos a cenar a un local donde ponian comida danesa, y es cierto, la comida era danesa y seguramente estaba buenisima, pero como no habia mesa, nos tuvimos que conformar con ir a la casa del filete, donde nos pondriamos hasta arriba de carne.
Y poco mas, porque despues nos iriamos a acostar.
Al dia siguiente, cuando fuimos a desayunar, tuve la ocasion de conocer a mi heroina. Una mujer de unos 60 años, con el pelo teñido de rojo sangre y vestida con un camison puesto al reves (se le podia ver la etiqueta asomando) y unas chanclas de ir a la playa hizo acto de aparicion en la habitacion reservada al desayuno buffet.
La buena mujer se presento con un par de tupper y no vacilo en empezar a llenarlos de todo el fiambre que se encontraba trinchando las lonchas con su tenedor. Cuando ya tenia lleno el envase, empezo a llenar el otro de rodajas de pepino hasta que no le cabian mas. Dejo todo en su bolsa y volvio al buffet con una bandeja para depositar en ella manzanas, panecillos y tarrinas de mantequilla a mansalva.
En total, la individua se llevo como unos 200 gramos de salami, mortadela, jamon york y chopped, un tupper lleno de pepino, tres kilos de manzanas, una bolsa llena de panecillos y mantequilla y margarina para acompañar. La gente se partia de risa al verla pasar, pero ella sonreia a los comensales como diciendo: Si, si, reios de mi, pero yo ya no tengo que ir al Carrefour en tres semanas...Mas tarde, decidimos irnos al Tivoli, el parque de atracciones de Copenhague, que se encuentra en pleno centro, al lado de la estacion y nuestro hotel. Los jardines del Tivoli estan muy bien, la entrada no es excesivamente cara, hay muchas atracciones, actuaciones musicales, pero lo mas importante y mejor de todo es que tienen una copia de la sirenita que nos hizo recuperar la ilusion en Dinamarca. Ademas, tuve la ocasion de hacerme una foto y darle la mano ni mas ni menos que a la mascota del Tivoli, un mono peludo. Aquello me hizo sentir un hombre afortunado.
Por si fuera poco, tambien nos dio tiempo a ver la Goptoteca, un museo de arte contemporaneo frances y de arte de civilizaciones antiguas mediterraneas.
Y mas tarde, nos fuimos a ver el castillo Rosenborg y despues decidimos que ya estabamos hartos de Dinamarca y los dinamarqueses y decidimos irnos a Suecia (la ciudad sueca de Malmo esta a unos veinte minutos en un tren que pasa por un puente construido por encima del mar). Y dicho y hecho, cruzamos la frontera y nos presentamos en la ciudad sueca de Malmo, donde pasariamos una hora haciendole fotos al ayuntamiento, al rio, a edificios sin ton ni son, a los arboles, al cielo azul y a unas estatuas de gatos.
Y eso fue todo, cogimos el tren de vuelta al aeropuerto de Copenhague para coger el avion de vuelta, que por cierto, se retraso mas de una hora porque un pasajero perdio el conocimiento y se olvido de hasta como se llamaba y no llego a presentarse a la puerta de embarque.
Y por cierto, ya mandare fotos mas adelante. Ahora me voy a la cama, con vuestro permiso.
Buenas noches y hasta pronto