11. Cuidado
con los mosquitos
Todas las guias de Egipto y las paginas de
Internet que pude consultar aconsejaban sobre la conveniencia de tener cuidado
con los mosquitos si bien es cierto que aparte de pillar un par de molestas
picaduras, no llegue a padecer ningun problema serio. De todos modos, era
conveniente no abrir la ventana del camarote porque una legion de mosquitos
egipcios descendiente de mosquitos faraones podrian colarse.
12. No viajar con
italianos
De la gente del crucero, los ingleses y los
finlandeses parecian los mas civilizados. No pasaba lo mismo con los italianos,
a los que se podia oir en todo el barco. Tenian un extraño acento, parecian como
calabreses o sicilianos. La cosa es que hablaban a gritos, especialmente cuando
se ponian a jugar al ping-pong, cuando jugaban a los naipes o cuando se metian
en la piscina el barco. Aparte de esto, los italianos son la mar de majos, eh?
13. No cumplir años ni celebrar
bodas de plata durante el crucero
Esto es especialmente desaconsejable. Cada
noche, sin excepcion, habia un cumpleaños y el maitre del restaurante cumplia
con el ritual de hacer cantar al afortunado/a la cancion de cumpleaños feliz en
ingles, en italiano y en finlandes al acabar la cena.
Ademas, una noche, una pareja italiana
celebraba sus veinticinque anni di matrimonio, y para celebrarlo, pusieron la
marcha nupcial y hubo gente que casi se echa a llorar de la
emocion.
14. Ten cuidado donde aparcas el
barco
Egipto es, en su inmensa mayoria, un pais
musulman, es decir, esta lleno de moros. Y lo mejor que puede hacer el capitan
del barco es ver si hay moros en la costa cuando aparca, porque estos tienen la
extraña costumbre de rezar cuanto mas alto mejor. Asi que como el barco este
aparcado al lado de una mezquita ( y por cierto, las mezquitas son los edificios
mejor construidos, no como los bloques de edificios que parecen estar a medio
hacer) te toca escuchar a un Mohammed a las cinco de la mañana recitar el Coran.
Porque esta gente no es como nosotros, que rezamos un Padrenuestro para nosotros
mismos. Los Mustafas estos agarran un altavoz para que nos enteremos todos de
sus plegarias a Allah y lo hacen a las horas mas intempestivas e inconvenientes
para el sueño vacacional.
15. No pierdas la tarjeta de
embarque
Cada vez que el barco encallaba en algun
sitio para irnos de excursion y ver cositas como el Templo de Luxor, el templo
de Karnak, el Valle de los Reyes, el Templo de Edfu o de Kom Ombo, nos daban una
tarjetita para que no perdiesen la cuenta de la gente que habia en el barco y
asi poder tomar la decision de seguir navegando por el Nilo.
Y cuando volvias de la excursion, no podias
olvidarte de la tarjetita no de darle la clasica propina de 5 libras egipcias al
conductor.
16. No pierdas la ocason de hacer
vida social
Los del barco hacian lo imposible para que
te lo pasases en grande. Ademas de hacernos cantar cumpleaños feliz y poner a
nuestra disposicion la piscina y la mesa de ping-pong, cada noche tenian
planeado un espectaculo sin precedentes. La primera noche, hubo una demostracion
de baile del vientre. Ni que decir tiene que el baile del pañuelo de Lonardo
Dantes es mucho mas elaborado y vistoso, pero en Egipto es lo que hay, el baile
del vientre. De hecho, deben gozarlo cosa barbara, porque a la noche siguiente
decidieron repetir el espectaculo. Lo cierto es que no fuimos ningun dia a ver
el baile del vientre, pero pudimos escuchar la musica desde el
camarote.
La siguiente velada fue amenizada con una
sesion de bingo. A todo esto que justo antes de partir a Egipto yo ya fui al
bingo en Inglaterra, asi que tampoco fui.
17. No te pierdas la fiesta de la
chilaba.
La ultima noche estaba reservada al gran
evento del crucero que era nada mas y nada menos que la fiesta de la chilaba. Ni
mas ni menos que una excusa para que te gastases 50 libras egipcias en un
atuendo egipcio fabricado en China que vendian en la tienda del barco. Tampoco
fuimos.
18. No te dejes nada en el barco
cuando acabes el crucero
Pues eso, despues de cinco dias en el barco
y dos dias reales de crucero, llegamos hasta Asuan donde vimos el templo de File
y la presa de Asuan.
Y despues de ver tanto monumento, cogimos un
autobus de vuelta hacia Luxor, donde pasariamos las dos ultimas noches de
nuestras vacaciones en el hotel Sheraton.
19. No descuidar la
etiqueta
Llegamos a Luxor despues de casi cuatro
horas de viaje. El hotel Sheraton de Luxor era mucho mejor de lo que pensabamos.
Disponiamos de nuestro propio bungalow, con dos camas dobles y un retrete con un
grifo con chorrete para lavarte el culito despues de defecar. El hotel tenia
incluso dos piscinas, una al lado del Nilo. Ademas, para suerte nuestra teniamos
todo incluido, con varios restaurantes a elegir. Para cenar fuimos al principal
restaurante del hotel, que tenia un buffet libre. La verdad es que no pude
evitar sentirme observado. tal vez fue por el hecho de que la gente iba toda
arreglada y yo me presente con el traje de baño y los zuecos de ir a la piscina.
Eso si, mi camiseta del Chispon me puso a la altura. Eso al menos debio pensar
el cocinero italiano, con el que hice migas, porque le visite unas tres veces
para que me repusiera el plato de macarrones.
20. Contrata tu propio
egiptologo
Durante el ultimo dia en Luxor, la agencia
nos dio la oportunidad de contratar nuestro propio guia egiptologo para que nos
enseñara la ciudad, algo nos gusto mucho, porque nuestro egiptologo particular
nos llevo al museode Luxor, al museo de momificacion, a una tienda de egipcios
pesaos al que compramos unos cuantos imanes para la familia(me refiero a los
imanes del frigorifico, no uno de esos que se pone a rezar cuando canta el
gallo) y a una iglesia cristiana (yo pienso que era ortodoxa, aunque el
egiptologo pensaba que era catolica, de todos modos las fotos de los popes
barbudos eran algo sospechosas).
EPILOGO
Pocos viajes me han gustado mas que el de
Egipto. Ha sido de las cosas que mas me han gustado hacer. Sin embargo, el viaje
a Egipto me ha dejado secuelas de por vida.
A partir de ahora, cada vez que entro en una
tienda me pongo a regatear con los cajeros, a todo el mundo le doy las gracias
en arabe, me lavo las manos cada dos por tres, ya no bebo agua de grifo y le doy
propinas a todos los que se me quedan mirando.
Es dia 13 de marzo y son las nueve y cuarto.
Estoy en casa. Tengo a
Isa al lado, viendo Anatomia de Grey en el ordenador y acabo de terminar esta entrada ladrillo sobre mi viaje a tierra egipcias.
Espero que no haya sido muy pesado. Un
abrazo a todo el mundo.